Pintura i bastidor, Antoni Tàpies (1962) Imagen extraída de Fundació Tàpies |
Hay preguntas existencialistas que no
tienen respuesta. Hay preguntas sobre el universo que no las llegaremos a
responder. No obstante, los humanos tenemos esa capacidad de generar respuestas
hipotéticas, premisas que suplen a modo de placebo algunas dudas universales,
las cuales probablemente se alejaran muchísimas veces de la realidad y que
difícilmente podremos confirmar. El arte también se encuentra lleno de cuestiones
sin resolver, teniendo en cuenta que tan siquiera la intención del artista es
hallarles respuesta, sino que generar debate y reflexión. Pero
irremediablemente a los espectadores se nos vienen preguntas en torno a la
interpretación de una obra, como las que nos formulamos cuando contemplamos Pintura i Bastidor de Antoni Tàpies. Un
cuadro donde el bastidor, el mismo
soporte del lienzo, se descontextualiza convirtiéndose en el centro de la obra,
transformándose la base de ésta en la misma obra en sí, donde nosotros observamos
un bastidor como si fuera la primera vez que vemos uno. Una experiencia del
espectador, más estética y emocional, en la que Tàpies nos invita a dejar fluir
nuestra imaginación, y nosotros aceptamos y entramos en ese estado hipnótico
para contemplar la obra.
Al principio intentamos hacer el viaje
al inverso, de los bastidores vamos al lienzo, intentando encontrar alguna
sombra, una mancha excesiva de pintura que haya traspasado el lienzo, algo
explicito más allá de un bastidor, un trayecto visual en el que no encontramos
ninguna respuesta. Es por ello que nuestra mente cambia de ruta y trata de pensar, esta vez, de la manera más lógica
y racional, si es que éstas son características propias de la naturaleza de una
artista, preguntándonos qué puede haber pintado en ese cuadro expuesto del
revés: un cuadro inacabado, una obra muy personal o tan solo el concepto de que
un bastidor puede ser arte. Una fuente de sugerencias que provienen de la
contemplación de ese bastidor, igual que los otros, pero que a diferencia
sabemos que esconde algún significado más. Significados que se convierten en
hipótesis formuladas fruto de nuestras infinitas preguntas e imaginación. Porque hay preguntas que están
fuera de la comprensión de la mente humana, que no tienen respuesta o
simplemente no somos capaces de entender.
Cada vez soy más excéptico con este tipo de obras. Si tuviera que enseñar algo de Tàpies a quien no lo conociera de nada no enseñaría esta obra. Es indudable que llama la atención, y que aquí la firma pesa mucho, pero cuando ya me vuelvo esquivo del todo es cuando un artista solo hace cosas de este tipo; la línea que separa el arte de la tontuna es muy fina ya muchas veces.
ResponderEliminar¡Suerte con la web!
Encontramos interesante tu visión, sabemos que Tàpies es mucho más complejo y su arte matérico o su simbolismo quizás hubiera sido lo elegido por otros blogs, pero es justo por esta razón que hemos escogido otra de sus obras. El énfasis en el presente post reside más en la reflexión que en la difusión del conocido artista. De esta manera, nos interesa todo aquello que tenga ópticas distintas, y no nos limitamos en qué puede ser arte y qué no (Dino Formaggio: Arte es todo aquello que los hombres llaman arte), aunque si nos interesa que tenga una intención porque tampoco queremos hablar de arte vacío.
Eliminar¡Muchas gracias por comentar!