jueves, 12 de septiembre de 2013

INSTANT / 20 /




Pintura i bastidor, Antoni Tàpies (1962)
Imagen extraída de Fundació Tàpies
 
 

Hay preguntas existencialistas que no tienen respuesta. Hay preguntas sobre el universo que no las llegaremos a responder. No obstante, los humanos tenemos esa capacidad de generar respuestas hipotéticas, premisas que suplen a modo de placebo algunas dudas universales, las cuales probablemente se alejaran muchísimas veces de la realidad y que difícilmente podremos confirmar. El arte también se encuentra lleno de cuestiones sin resolver, teniendo en cuenta que tan siquiera la intención del artista es hallarles respuesta, sino que generar debate y reflexión. Pero irremediablemente a los espectadores se nos vienen preguntas en torno a la interpretación de una obra, como las que nos formulamos cuando contemplamos Pintura i Bastidor de Antoni Tàpies. Un cuadro  donde el bastidor, el mismo soporte del lienzo, se descontextualiza convirtiéndose en el centro de la obra, transformándose la base de ésta en la misma obra en sí, donde nosotros observamos un bastidor como si fuera la primera vez que vemos uno. Una experiencia del espectador, más estética y emocional, en la que Tàpies nos invita a dejar fluir nuestra imaginación, y nosotros aceptamos y entramos en ese estado hipnótico para contemplar la obra.


Al principio intentamos hacer el viaje al inverso, de los bastidores vamos al lienzo, intentando encontrar alguna sombra, una mancha excesiva de pintura que haya traspasado el lienzo, algo explicito más allá de un bastidor, un trayecto visual en el que no encontramos ninguna respuesta. Es por ello que nuestra mente cambia de ruta y trata  de pensar, esta vez, de la manera más lógica y racional, si es que éstas son características propias de la naturaleza de una artista, preguntándonos qué puede haber pintado en ese cuadro expuesto del revés: un cuadro inacabado, una obra muy personal o tan solo el concepto de que un bastidor puede ser arte. Una fuente de sugerencias que provienen de la contemplación de ese bastidor, igual que los otros, pero que a diferencia sabemos que esconde algún significado más. Significados que se convierten en hipótesis formuladas fruto de nuestras infinitas preguntas e  imaginación. Porque hay preguntas que están fuera de la comprensión de la mente humana, que no tienen respuesta o simplemente no somos capaces de entender.
 

lunes, 9 de septiembre de 2013

INSTANT / 19 /





En la cocina lo fundamental son los alimentos, pero no exclusivamente. Son muchas las aportaciones que ha traído consigo la cocina de Ferràn Adrià. Uno de estos factores relevantes es la colaboración con otras disciplinas, en este caso hablamos del diseño industrial.  El Bulli juega con los recipientes e incorpora nuevas vajillas y utensilios que cambiarán la forma de comer cada plato, no es lo mismo presentar un líquido en un plato, un vaso o en una salsera, pues dependiendo de esto veremos al mismo como una sopa, un zumo o una salsa.  
El primer contacto entre cocina y diseño se produjo con una vajilla llamada “pequeñas locuras” (1997). Había estado pensada para los petit-fours, pequeños pastelitos dulces o salados típicos de la repostería francesa. La unión de la vajilla y el postre hacían que la receta estuviera completa, pues es una constante que encontraremos en esta cocina, donde algunos de sus platos no se entienden sin su recipiente. Con estas nuevas vajillas y utensilios también se pretende ir más allá de la estética del plato, planteando nuevas maneras de comer. Cuando Ferràn Adrià te presenta un ravioli en una cuchara, en realidad quiere que disfrutes de la magia de todo el plato entero en un solo bocado.
Vajilla "Pequeñas locuras" (2001)
Imagen extraída de rafamateostudio

No obstante, es en 2001 cuando literalmente se produce la incorporación del diseño industrial dentro de la cocina, con la incorporación del diseñador Luki Huber dentro de la plantilla de El Bulli durante un tiempo. El resultado de esa plantilla multidisciplinar produce muchas innovaciones, tanto a la hora de comer, como a la de elaborar.  A partir de ese momento nacen utensilios como la cuchara para oler aromas, dándose cuenta de que si olías una rama de romero mientras comías otro alimento, por ejemplo pollo, el plató sabía a pollo al romero. Otra aportación muy singular es la brocheta para salsa, se trata de una pipeta de laboratorio con salsa dentro y los trozos de comida pinchados por fuera, proponiendo otra manera de comer una brocheta. En cuanto a los utensilios, que permiten nuevas elaboraciones, como por ejemplo, una jeringuilla que permite crear un espagueti de gelatina de hasta dos metros. El hecho más importante es que a partir de ese momento las incorporaciones del diseño y otras disciplinas han sido un no parar dentro de la cocina de El Bulli.

Melón con jamón (1994)
Imagen extraída de Cocinar la mar de bien

Ravioli sférico de guisantes y ensalada de guisantes a la menta (2001)
Imagen extraída de texturascostarica


Pipeta de gamba en sashimi y su cabeza caramelizada (2001)
Imagen extraída de deidigital
 



En una era en la que nos encontramos en interdisciplinariedad observamos la importancia del contacto cercano entre distintos sectores, cuyas distintas metodologías abre nuevas vías que hacen más completa cada creación. El de la cocina y el diseño industrial es claro, la receta y la vajilla no van por separado, y como expresa Ferrán Adrià: “Nuestro sueño sería que cada receta tuviera su propio recipiente”.
Para los que quieran saber más:

Historia de El Bulli

Documental El Bulli, historia de un sueño

Reportaje, El País: "El diseño que cocina Ferràn Adrià"
 
 
 

miércoles, 4 de septiembre de 2013

INSTANT / 18 /

 
 

Imagen y composición propia
 

Hace unos meses leyendo un prólogo de Frankenstein de Mary Shelley reflexioné en torno aquellos clásicos de la literatura, el cine o incluso de la pintura que se conocen por ser referentes en la cultura, pero sobre los que nunca la gente pone los cinco sentidos en ellos. Clásicos que pocos han leído, visto, o ni siquiera contemplado, a pesar de que su éxito les ha hecho popularizarse y ser conocidos por todo el mundo. Si pensamos en clásicos de la literatura como Orgullo y Prejuicio o Hamlet, probablemente un gran número de personas, con unos estudios elementales, lo reconocerán, pero serán muy pocos los que los habrán leído. El cine en el caso de Orgullo y Prejuicio o una cita existencialista extraída de cuajo de la novela de Shakespeare son los causantes de que estas dos obras de la literatura se conozcan. Lo mismo sucede en el cine, las películas obsesivas de Hitchock son reconocidas por casi todo el mundo, aunque solo los cinéfilos verdaderos son los que han visionado la película entera. ¿Quién a estas alturas no ha visto la escena de Psicosis? Y en pintura, la historia se repite. La Gioconda, o más conocida como Mona Lisa, el Guernica o La Venus de Botticelli son pinturas que todos han visto en forma de fotografía y creen haber visto la real.

Con esto observamos que los clásicos en la cultura se popularizan, aproximándose a la sociedad mediante diversos medios, normalmente los de masas, convirtiéndose en ocasiones en mitos que están inseridos en el saber de las personas de a pie, o lo que coloquialmente se ha denominado como “cultura general”. El hecho de acercar la cultura no tiene por qué ser negativo, la parte triste es cuando clásicos cargados de reflexión se quedan en la anécdota del título, la cita o la versión cinematografiada. O si no lean Frankenstein y verán cómo es algo más que un atípico monstruo.


domingo, 1 de septiembre de 2013

REGRESAMOS



Regresamos. Empezamos nuestras andadas culturales con ThinkandInsist hace cinco meses, y la evolución de nuestro blog nos ha hecho tomarnos unas semanas de reflexión y reestructuración para seguir adelante con novedades. Estrenamos secciones como la de “Thinkers” que estará compuesta por colaboradores especializados en diferentes disciplinas y que de alguna manera comparten la filosofía ThinkandInsist. Además, incorporamos “ThinkingThings”, una entrada más extensa donde se trabajará en torno a un concepto de manera multidisciplinar. Con estas introducciones y habiéndonos documentado y trabajado sobre nuevos temas y otras maneras de presentaros la cultura, el arte y el diseño, comenzamos una segunda etapa con muchas ganas. ¡Volvemos esta semana, estar atentos!